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Introducción
La industria de la moda ha experimentado una transformación trascendental en las últimas décadas. El fenómeno del fast fashion —moda rápida— ha revolucionado los patrones de consumo, multiplicando la producción de prendas a bajo costo y fomentando una cultura de lo desechable. Si bien esta tendencia ha democratizado el acceso a la moda, sus efectos ambientales y sociales han despertado serias preocupaciones a nivel global.
La cima del fast fashion y su lógica de consumo
El término fast fashion se refiere a la estrategia de producción y comercialización de ropa basada en ciclos rápidos de diseño, fabricación y distribución. Grandes marcas como “Zara”, “H&M” o la famosa cadena de moda “SHEIN” han popularizado este modelo, lanzando nuevas colecciones cada pocas semanas. Su éxito radica en ofrecer productos atractivos, a la moda y de bajo precio, lo cual responde a una demanda creciente por novedad y accesibilidad.
No obstante, esta lógica de mercado promueve el hiperconsumo y la obsolescencia programada de las prendas. Según datos de la Fundación Ellen MacArthur (2017), la producción de ropa se duplicó entre el año 2000 y 2015, mientras que el uso promedio de cada prenda disminuyó en un 36 %. Esto ha generado una aceleración del desecho textil, muchas veces sin una gestión adecuada.
Impactos ambientales de la industria del fast fashion
El fast fashion representa uno de los sectores más contaminantes del mundo. La industria textil es responsable de aproximadamente el 10 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA, 2019). Además, se estima que la producción de una sola camiseta de algodón requiere hasta 2,700 litros de agua, cantidad que una persona promedio consume en más de dos años.[i]
La contaminación por microfibras es otro problema crítico. Durante el lavado de prendas sintéticas —como poliéster o nylon— se liberan partículas plásticas microscópicas que terminan en los océanos, afectando gravemente la fauna marina. De igual manera, el uso de tintes y productos químicos en los procesos de teñido contribuye a la contaminación del agua, especialmente en países con regulaciones ambientales laxas.
En cuanto a los residuos sólidos, se calcula que cada año se desechan aproximadamente 92 millones de toneladas de residuos textiles a nivel mundial. Una gran parte de esta ropa termina en vertederos o incineradores, sin posibilidad de reciclaje, debido al uso de materiales compuestos que dificultan su tratamiento.
¿Qué sigue? La economía circular como respuesta al modelo lineal
Frente a este panorama, la economía circular se presenta como una alternativa viable y necesaria. Este modelo propone reemplazar el paradigma lineal de “extraer, producir, consumir y desechar” por uno basado en el aprovechamiento continuo de los recursos, prolongando la vida útil de los productos y minimizando el desperdicio.
En el ámbito textil, la economía circular implica desde el diseño ecológico de prendas —pensadas para ser recicladas o reutilizadas— hasta la implementación de sistemas de recolección, reciclaje y compostaje de ropa usada. También se promueven prácticas como la reparación, la segunda mano, el upcycling (reciclaje) y el alquiler de ropa, lo cual reduce significativamente la demanda de nuevas materias primas.
Una de las referencias más valiosas en este campo es la Fundación Ellen MacArthur, reconocida a nivel mundial por su labor en el desarrollo e implementación de estrategias de economía circular. Fundada en 2010 por la navegante británica Ellen MacArthur, la organización se propuso desde un inicio repensar el modelo económico lineal predominante, impulsando una transición hacia sistemas regenerativos que eliminen el concepto de residuo desde su diseño. En el sector textil, la fundación ha tenido una influencia notable a través de investigaciones, informes y colaboraciones con grandes marcas, gobiernos y centros de innovación.
Entre sus documentos más influyentes está A New Textiles Economy: Redesigning Fashion’s Future (2017), en el que plantea que el sistema actual de la moda está profundamente roto y que, de no cambiar, seguirá alimentando la contaminación y el desperdicio a gran escala. En respuesta, propone una transformación basada en cuatro pilares fundamentales: (1) fomentar la durabilidad de los productos y su reutilización; (2) transformar la manera en que se diseñan las prendas, utilizando materiales seguros y reciclables; (3) mejorar la eficiencia de los sistemas de recolección y reciclaje, y (4) cambiar el modelo de negocio del volumen de ventas a la prestación de servicios circulares, como el alquiler, la reparación o la venta de segunda mano.
La fundación enfatiza que esta transición no solo es posible, sino urgente, y que debe ser impulsada por la colaboración entre sectores públicos, privados y consumidores. A través de programas como “Make Fashion Circular”, la organización promueve soluciones innovadoras, apoya el desarrollo de nuevas tecnologías y orienta políticas públicas que permitan cerrar el ciclo de los productos textiles. En este sentido, su trabajo ha sido crucial para dotar de contenido operativo a la economía circular en la industria de la moda, pasando de un discurso teórico a acciones concretas, medibles y replicables.
Retos y oportunidades de la circularidad en la industria textil
Si bien la economía circular ofrece soluciones prometedoras, su implementación enfrenta desafíos estructurales y culturales. Por un lado, los modelos de negocio de la mayoría de las marcas de fast fashion están basados en la venta masiva y continua, lo que entra en conflicto con la lógica de reducción del consumo y durabilidad de las prendas. Por otro lado, existe una brecha entre la conciencia ambiental de los consumidores y sus hábitos de compra. Aunque muchas personas reconocen el impacto ambiental de la moda rápida, prevalecen patrones de consumo impulsivo y la búsqueda de precios bajos. En este sentido, es indispensable fomentar la educación ambiental y la transparencia empresarial, así como ofrecer incentivos económicos para la producción y compra de ropa sostenible.
Asimismo, los gobiernos juegan un papel crucial. Es necesaria una legislación más estricta que regule el uso de recursos, promueva el reciclaje textil y sancione prácticas contaminantes. Existen iniciativas como el Pacto Verde Europeo y estrategias nacionales de economía circular que buscan incentivar estos cambios mediante subsidios, etiquetado ecológico y responsabilidad extendida del productor.
Hacia una moda sostenible: repensar el consumo y la producción
La moda sostenible es una nueva filosofía de diseño y de producción textil cuyo objetivo es crear un nuevo modelo de producción basado en la sostenibilidad y la responsabilidad social. La moda sostenible se basa en la fabricación de ropa teniendo como prioridades la disminución de los impactos ambientales en toda la cadena de producción, utilizando materiales más ecológicos o con menor impacto y reduciendo la contaminación medioambiental y la huella de carbono de los productos. Además, contribuye a crear un comercio socialmente más justo, apostando por unas mejores condiciones económicas y laborales de los trabajadores.[ii]
Transformar la industria de la moda requiere un cambio sistémico que articule a diseñadores, productores, marcas, consumidores, gobiernos y organizaciones civiles. La economía circular no solo propone innovaciones tecnológicas, sino también un replanteamiento ético del consumo y la producción.
Adoptar un enfoque circular en el sector textil supone reconocer el valor de los recursos, priorizar la durabilidad y la calidad sobre la cantidad, y entender que las decisiones de compra individuales tienen implicaciones colectivas. En este marco, el slow fashion emerge como una filosofía opuesta al modelo acelerado del fast fashion, apostando por prendas atemporales, locales y éticas.
Finalmente, el fast fashion ha impuesto una cultura de consumo insostenible que tiene costos ambientales alarmantes. Desde la emisión de gases de efecto invernadero hasta la contaminación por microplásticos y el exceso de residuos textiles, sus consecuencias requieren una respuesta urgente y transformadora. La economía circular se posiciona como un camino esperanzador para rediseñar la industria de la moda con criterios de sostenibilidad, equidad y responsabilidad ambiental. No obstante, su éxito dependerá de la voluntad política, la acción empresarial responsable y una ciudadanía crítica y consciente. Solo así podremos transitar hacia una moda que no sólo vista bien, sino que piense mejor.
Bibliografía
Una nueva economía textil: rediseñando el futuro de la moda. (s/f). Ellenmacarthurfoundation.org. https://www.ellenmacarthurfoundation.org/es/una-nueva-economia-textil
Ambiental, C. (s/f). El costo ambiental de la moda rápida. Gob.mx:8081. http://www.data.sedema.cdmx.gob.mx:8081/culturaambiental/index.php/opci ones-de-cultura-ambiental/blog/el-costo-ambiental-de-la-moda-rapida
Martinez, J. A., La huella hídrica de la ropa ¿cuánta agua se necesita para hacer una camiseta? COMPRAÉTICA; compraetica.com, 10 de enero de 2021. https://compraetica.com/blogs/vida-sostenible/la-huella-hidrica-de-la-ropa
Surfer Rule. ¿Sabías que tu ropa contamina por las fibras sintéticas que contiene? SURFER RULE • Más que surf, olas gigantes y tendencias. 15 de julio de 2018. https://www.surferrule.com/contaminacion-fibras-sinteticas/
[i] COMPRAÉTICA, “La huella hídrica de la ropa ¿cuánta agua se necesita para hacer una camiseta?”
[ii] “Qué es la moda sostenible y cuáles son sus beneficios”, Eurofins Environment Testing Spain.
Hechos y Derechos, vol. 16, núm. 87, mayo-junio de 2025, es una publicación bimestral editada por la Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad Universitaria, Delegación Coyoacán, C.P. 04510, Ciudad de México, por medio del Instituto de Investigaciones Jurídicas, Circuito Mario de la Cueva s/n, Ciudad Universitaria, C.P. 04510, Ciudad de México, Tel. (52) 55 56 22 74 74, http://revistas.juridicas.unam.mx/index.php/hechos-y-derechos. Editor responsable Imer Benjamín Flores Mendoza. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo núm. 04-2014-052217121400-203, otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor, ISSN (versión electrónica): 2448-4725. Responsable de la última actualización de este número: Coordinación de Revistas del Instituto de Investigaciones Jurídicas, Ricardo Hernández Montes de Oca, Circuito Mario de la Cueva s/n, Ciudad Universitaria, C. P. 04510, Ciudad de México, fecha de la última modificación: junio de 2025.
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